jueves, 28 de enero de 2010

Mujeres bravas; Bravo, mujeres!


Estoshombres ofrece hoy un texto escrito por uno de ellos, donde por fin se reflexiona acerca del valor de las mujeres que piensan, que no sólo son una cara bonita...esas que no escasean...

Elogio de la mujer brava

de Héctor Abad


Estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas.

A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viejas, traumadas, solteronas, amargadas, marimachas, etc. En realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran “no más usted me avisa y yo le abro las piernas”, siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan y sólo se desnudan si les da la gana. Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Los varones machistas, somos animalitos todavía y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas.. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza. Esas mujeres nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.

Vamos hombres, por esas mujeres bravas!!!!!!!!!!


Héctor Abad nació en Colombia en 1958 y se recibió en Literatura moderna en Italia, Regresa a Colombia en 1987 cuando un grupo paramilitar asesina a su padre (médico defensor de derechos humanos y fundador de la que ahora es la facultad de medicina) pero se vuelve a ir a Italia por amenazas recibidas, regresa en 1993 aproximadamente y en la actualidad reside en Bogotá.

domingo, 24 de enero de 2010

Vacaciones, ocio y "estos hombres...qué?"


En este lado del planeta el verano ya llegó a la cita y con él el tiempo de ocio y de empezar a pensar en no hacer nada.
Las vacaciones son un buen momento para reflexionar una vez más sobre el tema que nos ocupa:
Tiempo de vacaciones y "estos hombres, qué?".
Por lo expuesto el blog no se toma vacaciones en los denodados esfuerzos de entender a los hombres.
Ahora reflexionemos sobre los "tipos" de hombres en vacaciones:

El hacendoso: Es el que quiere dejar tosdo arreglado e intenta realizar todos los trabajos domésticos que le quedaron pendientes durante la época laboral.
Este tipo de hombre es muy recomendable ya que todo te quedará como nuevo en la casa.
ADVERTENCIA: A no entusiasmarse porque este modelo está en extinción, si no está ya absolutamente desaparecido.
si conocen alguno, mejor no lo divulguen.

El quejoso: Este no es el mejor modelo. Le molesta el sol, el calor, las noticias del verano, los mosquitos, el aire acodicionado porque se resfría del paso del calor al frío, etc, etc.
Todo es buen motivo para su queja.
Es difícil que este ejemplar encuentre un lugar para veranear porque si va a la playa, le molestará la arena caliente en los pies, y si elige un paisaje selvático los mosquitos u otros insectos serán motivo de lamento.
Una posible propuesta es que veranee en la Antártida donde se mantendrá aislado y con frío suficiente para que no se escuchen sus letanías.
Depende la clase de "quejoso" puede ser que sea del tipo que mientras se queja resuelve o del otro que no hace nada mientras no deja de quejarse.

El informatizado: no importará si es vacaciones, si el sol está pleno o si las hermosas playas lo esperan para distenderse ya que él no dejará la silla de su computadora por ningún otro programa posible. La única ventana abierta será la pantalla de su compu, salvo que se anime pero seguramente irá con ella hasta a la playa.

El romántico: Se la pasa haciendo analogías entre el paisaje que lo circunda y alguna característica de la mujer que lo acompañe.
Generalmente son los más jovenes, ya que los mayores se olvidaron del romanticismo.
Dentro de esta categoría algunos lo llevan al extremo de aprender a tocar la guitarra durante todo el año solamente para impresionar a la muchacha en cuestión. Éste a fuerza de poesía a veces se torna "pesado" pero después de todo no es un mal ejemplar a considerar.

El aventurero: no hay mosquito, calor, lluvia ni humedad, que logre disipar sus impulsos en la búsqueda de la constante aventura, tal vez arrastrando a las más inverosímiles situaciones peligrosas como escalar cerros entre piedras, investigar zonas riesgosas, arrojarse en parapente, o aladeltismo a una cándida criatura que hubiera preferido contemplar
plácidamente el entorno y completar crucigramas mientras se embadurna con bloqueador solar.

El histérico:
Es una especie de quejoso pero llevado a niveles más exacerbados, por ejemplo no sólo se queja de los factores climáticos adversos, sino también suele quejarse de...todo.

El guitarrero: Es el ganador por excelencia, conquista a la playa entera con su varieté de canciones, siempre consigue compañía aún sin proponérselo. Al dedicarse a esta rama del arte, no sólo conquista mujeres sino que también gana amigos ocasionales.

El práctico: Siempre tiene soluciones para todos los inconvenientes que pudieran aparecer; desde el picnic, armado de carpa, fogón, etc.
Todo lo organiza y prepara, de esta manera el verano y las vacaciones no logran sorprenderlo porque siempre tiene un recurso a mano.
Llevado al extremo corrés el riesgo de que se entrometa excesivamente en resolver las cosas de su partener, incluso las que siempre supo resolver sola.



miércoles, 6 de enero de 2010

2010: Todo un año para entender a los hombres



El año empieza como un cuaderno con hojas en blanco… ¿Quién no recuerdaa emoción del primer día de clases, estrenando útiles y ese cuaderno recién forrado que prometíamos escribir con letra prolija sin enmiendas ni tachaduras?


Estoshombres.blogspot.com augura que este año tengamos un diez en ese cuaderno en el que podamos escribir que por fin entendimos a los hombres y lo que sería aún más satisfactorio; que ellos también pudieron comprendernos.


Brindemos por un 2010 en el que el entendimiento entre los géneros (léase masculino-femenino y viceversa) sea moneda corriente y una materia fácil de aprobar...