lunes, 17 de agosto de 2009

de infidelidades... parte 2






1."Las astas y los cuernos son prolongaciones del hueso frontal": Mejor prevenir, que curar.

2."Nuevas ramificaciones se agregan cada año": generalmente el que es proclive a tomar estas actitudes si lo hace en una oportunidad puede repetir la conducta cada vez que se le presente una ocasión. Si conoces alguien así, mejor olvídalo!

3."Los cuernos presentan formas muy variadas
": con esto hace referencia a su catálogo de modelos: imprevistos, casuales, eventuales, intencionales, totalmente planificados y los extra calcificados. Vale aclarar que las categorías no son exclusivas y pueden darse combinadas, es decir: casuales y por despecho simultáneamente y otras combinaciones posibles.
A continuación se describen los tipos, a saber:

Imprevistos: Son aquellos que aparecen por casualidad, cuando uno menos se los espera. "La ocasión hace al ladrón" es una frase que los incluye. También se los conoce como casuales o eventuales. Si no son descubiertos pueden pasar desapercibidos y como "un resbalón no es caída" hacer como que "aquí no pasó nada" y continuar como siempre.

Intencionales: Estos son peligrosos, porque llevan una elaboración, son totalmente planificados. El móvil: el despecho, la venganza. Se fundan en la Ley del Talión o sea "ojo por ojo, diente por diente". Ser descubiertos es su mejor anhelo porque logran el objetivo propuesto desde el incio. Buscan enfrentarse con la realidad de que ya nada queda en esa pareja, salvo el deseo de lastimar al otro y demostrarle que "ellos también son capaces" de engañar.

Extra calcificados: son del tipo de situaciones indefinidas en el tiempo donde el engaño se prolonga por mucho tiempo y hasta se mantiene en dobles vidas paralelas.
Corren el riesgo de, al ser descubiertos, quedarse "sin el pan y sin la torta", aunque mientras duran no la pasan bien porque deben fundarse en la mentira cotidiana y esto provoca un desgaste de energía interminable.

Debido a que el único ejemplar que tropieza "dos veces con la misma piedra" es el hombre (genéricamente hablando) más vale mantenerse alejado de aquellos/as que suelen tomar actitudes como las descriptas para no ser víctimas de situaciones similares.

De infidelidades, cuernos, cornadas y de otras estocadas Parte I


INTRODUCCIÓN
En las relaciones humanas tanto homo como heterosexuales existen como nubes negras que se avecinan en una tormenta, algunas que otras agachadas, comunmente conocidas como cornadas que pueden llegar a tocarnos cuando menos lo pensamos, o lo que es peor, cuando más distraídamente nos encontramos. Aunque no siempre nos toque ser la víctima de los embates de los infieles, alguna que otra vez, aunque no todos lo confiesen, también han puesto "adornos" en la cerviz de alguna que otra desprevenida pareja.

Este tema de la infidelidad, que tiene adeptos consuetudinarios y otros temporarios, merece un tratamiento concienzudo y un estudio pormenorizado de sus orígenes, causas y devenires.


Así comenzaremos con la etimología de la tan conocida frase "meter los cuernos".

Viene de la Edad Media. En ese tiempo, el señor de las tierras tenía lo que se llamaba “derecho de pernada”que consistía en pasar la primera noche con la recién casada antes que el marido. Así podía decir que su sangre corría por todo el pueblo, porque el marido nunca sabría si su hijo era suyo de verdad o del señor. De esta forma también podía reclamar a todos sus supuestos hijos para la guerra.

La señal que indicaba que el señor feudal estaba en estos menesteres era unos cuernos de ciervo colgados en la puerta de la habitación. de ahí proviene la expresión en cuestión.

sábado, 15 de agosto de 2009

Palabra de mujer


Queremos compartir un fragmento del libro "Tratado de palabras de mujer" de una amiga; María Fernanda Gutierrez, narradora oral, cuentera, escritora, hechicera... y mujer.
Si de Adanes y Evas se trata siempre hay mucho para hablar, otro tanto para pensar y fantasear pero principalmente mucho más para sentir.


ADAN:

Hombre que “dicen”… empezó todo.

Por supuesto que por ahí andaba también Lilith, primero, y Eva, después.

¿Qué hacían ambas mujeres?

Lo soportaban.

Por suerte Lilith, rápidamente, buscó su destino, se dijo a sí misma:

- ¿Qué? ¡Vos arriba y yo abajo??!!! Ni soñarlo, hay otras formas de poblar este planeta. Es más… ¡no sé si quiero poblar este planeta!

Y ahí no más, Adan le pidió al gran Creador que le consiguiera otra mujercita no tan independiente como la primera… y así fue: llegó Eva. Sumisa, obediente… bueno, no tan obediente…

Y otra vez, “dicen”, metimos la pata.

¡Mujeres, a despertarse!!

Podemos estar arriba o abajo, tener hijos o no tenerlos, comer manzanas o un inmenso helado, hacer dieta o tener colesterol… total, siempre aparecerá un Adán en nuestra vida que nos haga dudar, y en ese momento… deberemos cerrar los ojos, mirar nuestro corazoncito, escuchar el dulce latido mágico de nuestra alma y bailar a la luz de la luna, mientras que ese Adán y los otros tantos que nos desean, nos miran con horror, admiración, ternura, miedo, deseo, confusión y por sobre todo, mucha, mucha envidia… perdón, “incomprensión”.